sábado, 16 de abril de 2011

sábado, 19 de junio de 2010

Acá el fútbol [Sábado 19 de Junio del 2010]

El jueves pasado, en las plazas del país, en los restaurantes y en las oficinas públicas, en los hogares y en cualquier lugar donde hubiera una televisión con la trasmisión del partido México versus Francia: la catarsis. Toda felicidad. Todo alborozo. Un gol, y los gritos. Dos goles, y lo indescriptible. Ganar a Francia, ganar a un país de la “elite” mundial, ganar a un campeón, eso…, eso es inefable. 

Pero, ¿hasta dónde?, ¿cuánto se debe celebrar? La alegría se desborda y en demasía: estallar en júbilo, volverse locos y decir que pronto ya somos campeones, con el simplemente hecho de vencer a un combinado francés que no anda bien y que es dirigido deficientemente, es pecar un poco de ingenuidad. Es demasiado optimismo y demasiada influencia de las televisoras: no se puede hacer, ya, de la selección nacional (sin duda, un equipo bueno, que juega alegre, pero que tiene amplias limitaciones) un contendiente serio a levantar la Copa del Mundo. Calma: eso, calma se precisa. 

El pueblo de México necesita celebrar algo, lo que sea. La alegría anda ausente por estas tierras: muerte y pobreza, injusticias y desigualdad, lágrimas e impotencia. Por todas partes un futuro incierto y de malos augurios. ¿Será por eso que se celebra tanto y tan fuertemente un triunfo de la selección nacional en el Mundial? Sin duda el duopolio televisivo han puesto patrioterismo en cada transmisión, en cada programa y en cada palabra de los comentaristas y “analistas deportivos”. Pero también es cierto que un triunfo del equipo nacional significa una forma de escaparse, de meterse ilusiones en la cabeza, de ver, como utopía pronta a cumplirse, a 23 jugadores con camisa verde levantar una Copa Mundial. Eso hace sonrisas, aunque sean ahí, en la ilusiones. Y es que acá, todos los días, en este país, las ilusiones se esconden, se ponen lejanas: y lo que hay es una realidad dura, cruel y llena de cuitas.

jueves, 17 de junio de 2010

Acá el fútbol [Jueves 17 de Junio del 2010]

 Foto de: Caliopedreams/Flickr

I

El gran favorito para ganar el Mundial de Sudáfrica anda golpeado, lleno de sangre y con lágrimas. Sí, España perdió. No es que el equipo ibérico esté ya eliminado: existen aún serias posibilidades de su pase a los octavos de final. Pero perdió, y perder en el primer partido de una Copa del Mundo, para un favorito, es simple y llanamente un fracaso. No valen excusas: el favorito tiene que ganar, quizá no convenciendo, quizá no llenando de goles la portería enemiga, quizá no siendo gigante ni contundente, pero ganar: sólo ganar. Los favoritos están obligados a vencer al adversario. Argentina falló y falló y falló goles ante Nigeria, pero ganó. Brasil sufrió en la última parte del encuentro contra la humilde y aguerrida Corea del Norte, pero ganó. Holanda se miró mal ante Dinamarca, pero ganó. Incluso, un favorito se puede dar el lujo de empatar: Italia e Inglaterra lo hicieron ante Paraguay y Estados Unidos, respectivamente. Pero, ¿perder? Eso es inadmisible. Sí, llegar a una Copa del Mundo como el máximo favorito es una responsabilidad que, a veces, abruma, y abruma tanto que duele, hunde, y entierra.

II

Hoy México juega ante Francia. Acá las televisoras se han encargado de convencer al pueblo mexicano de que la Selección Nacional es capaz de “hacer un buen papel”, de “llegar lejos”, de “producir historia”: todos los días y a todas horas nos repiten que podemos, que debemos, que necesitamos, que estamos ya prontos a ser parte de la “elite” del balompié mundial. Ojalá hoy, a todos los que han creído la andanada mediática de la superación nacional –vía futbol– no se les venga el mundo encima con toda su realidad, y con todo su dolor.

miércoles, 16 de junio de 2010

Acá el fútbol [Miércoles 16 de Junio del 2010]



I

El gol es la esencia: es la celebración y el alborozo, la catarsis y la sonrisa. El gol también es la materia, con lo que el futbol existe y se alimenta. Hasta ahora, en Sudáfrica, el gol anda desaparecido. Se le mira poco y muy forzado. Mucha defensa, mucha táctica y muy poca magia. Ha habido intentos: Alemania se puso ofensivo y metió cuatro en la portería australiana. Y no más. Este Mundial anda ausente de gol. Ojalá pronto se le mire, ojalá pronto se le grite y se le festeje. El futbol, sin gol, queda como hueco, como vacío: lleno de nada.

II

Portugal en 2006 andaba poniéndose rebelde con los campeones y por poco se mete a la final. Ayer, no logró anotar ni un gol. Y no pudo no porque su juego no tuviera fuerza ni sus jugadores ideas claras. Fue porque enfrente estaba Costa de Marfil, equipo africano fuerte y veloz. Los seleccionados marfileños, a excepción del portero suplente, juegan en las mejores ligas europeas y son titulares, casi todos, en sus respectivos clubes. Sin duda, Costa de Marfil es, a pesar de ser ésta su segunda participación en un Mundial, un equipo destinado a ser protagonista. Ojalá así sea: sería sano para el futbol.

III

América Latina, en lo que va de Mundial, no ha perdido. Empataron México, Uruguay y Paraguay, y ganaron Argentina y Brasil. En duelo fratricida, Chile y Honduras se enfrentan hoy. Los centroamericanos juegan su segunda Copa del Mundo: su anterior participación fue hace 28 años. Los seleccionados hondureños llevan en sus pies las ilusiones de un pueblo entero, que no hace mucho, vio derrumbarse una esperanza fuerte, bien fuerte: las de ser un país democrático, sin golpes militares ni presidentes espurios.

martes, 15 de junio de 2010

Acá el fútbol [Martes 15 de Junio del 2010]



I

El futbol es un juego que suelen ganar los europeos y los sudamericanos. Al menos así parece por los campeones de los Mundiales: Francia e Inglaterra una vez, Uruguay y Argentina dos, Alemania tres, Italia cuatro y cinco Brasil: sólo siete naciones. De 18 certámenes, nueve para los de América del Sur y nueve para los de Europa. ¿Habrá desempate en Sudáfrica?, ¿o llegarán equipos de otras regiones a levantar la anhelada Copa y pintar la historia de otros colores? ¿Será que la dominación de unos pocos terminará haciéndose nada en este Mundial?

II

Camerún decepcionó. Y Japón también. Un juego sin muchas ideas, con los africanos desesperados al ataque y los asiáticos mezquinos, defendiendo un gol también mezquino. Por su parte, Holanda cumplió. Dinamarca tuvo la intención de hacer más, de no perder, de empatar y, si la fortuna sonreía, de ganar, pero los holandeses fueron superiores: respeto a la jerarquía. Habrá que ver a los Países Bajos contra otros equipos para medir bien sus posibilidades. Hace dos años, en Alemania, Holanda parecía pronta a ganar la Eurocopa: a ponerse como la mandona del continente. Pero, en cuartos de final, un modesto equipo ruso le puso el alto y, en tiempo de compensación, dio una cátedra de contundencia, fortaleza física y buena movilidad a la escuadra creadora del futbol total.

III

Paraguay es un país pobre, con miseria y desigualdades por todos lados. Y también con esperanzas, con un gobierno que camina más con el pueblo que con los ricos, que conoce más los problemas de los humildes que de los potentados. Ayer la selección paraguaya se enfrentó a Italia. Y empataron. Hoy, los muy superiores ya no son tan superiores, y los muy inferiores ganan o empatan partidos a los casi invencibles.

Acá el fútbol [Lunes 14 de Junio del 2010]


I

Ayer, la selección de Alemania dio una demostración de contundencia: le puso al débil conjunto australiano cuatro goles. Tienen, los teutones, un equipo bien equilibrado. Y eso se mira nomás verlos mover la pelota: defienden bien, recorren rápido la cancha completa, atacan inteligentemente, cambian rápido de ritmo y sus delanteros suelen no fallar oportunidades de gol. Hoy no son los “grandes favoritos”, pero, ¿acaso no estuvieron en la final de la Eurocopa pasada? Todos los seleccionados germanos juegan en la Bundesliga: este hecho potencia que el actual conjunto alemán lleve al máximo un estilo propio, contundente, fuerte, con ataque fluido y rápido. Fue en 1990 cuando, gracias a un error inefable del árbitro Edgardo Codesal, Alemania ganó su última copa mundial y de paso le robó (porque fue un verdadero robo) el tricampeonato a Argentina. ¿Logrará Alemania en este Mundial el tetracampeonato que ya ha conquistado Italia y ha superado Brasil, único pentacampeón?

II

Los equipos africanos ya no son tan, digamos, “inocentes”. Ahora, los conjuntos del continente que hoy es sede del Mundial tienen a sus jugadores actuando en los más sobresalientes clubes de las mejores ligas del mundo. Ayer ganó Ghana. ¿Podrán los africanos ponerle un fin simbólico al coloniaje europeo y mostrar al mundo que África, el continente siempre minusvalorado, es capaz de levantar el trofeo mundial de fútbol?

III

El escritor uruguayo Eduardo Galeano, quien dice en pocas palabras lo que muchos no pueden poner en miles de páginas, como es ya su costumbre en cada Mundial, puso el pasado viernes en la entrada de su casa en Montevideo el letrero “cerrado por fútbol”. Dicho mensaje no se retira, como lo dice el mismo Galeano, “hasta que hay campeón”.

Acá el fútbol [Domingo 13 de Junio del 2010]

I

Argentina, antes de iniciar el Mundial, parecía invencible. Ahora ya no. Y es que, ¿acaso esa delantera, integrada por gente como Lionel Messi, Diego Milito, Carlos Tévez y Gonzalo Higuaín puede darse el lujo de marcar tan pocos goles con tantas oportunidades? Muchos dicen que la culpa es de Diego Armando Maradona, que el casi Dios albiceleste no le pone orden al conjunto, que no los hace jugar con magia, la magia que a él, de jugador, le sobraba y aventaba por donde pasaba. Quizá esta hipótesis tenga un poco de razón. Pero, ¿quiénes juegan? ¿Acaso Maradona es culpable de que Gonzalo Higuaín se mire sin esa brújula que le hace meter goles en casi todos los partidos que alinea con el Real Madrid?, ¿qué Messi falle lo que jamás fallaría en el Barcelona? También debe tomarse en cuenta al rival: Nigeria no es un equipo cualquiera, tiene orden, gente fuerte y muchos ánimos. Pero uno no puede dejar de decir: sí, Argentina parecía invencible. Ahora ya no.

II

Estados Unidos no es el equipo débil que era antes. La escuadra norteamericana se puso enfrente de los ingleses y éstos, que son unos de los favoritos para ganar el Mundial, sudaron, y sudaron mucho, para apenas empatar. Antes, jugar contra nuestros vecinos del norte era cosa fácil: muchos les ganaban y no pocos los humillaban. Ahora no. Ahora es un equipo compacto que fusiona varios estilos futbolísticos y que es letal cuando el contrario se equivoca. Además tienen a Tim Howard, un portero seguro, que ayer, a los delanteros ingleses, les robó varias veces la dicha de gritar esa palabra tan importante en el futbol: ¡gol!